Las Bru Bu pipas Swiss Made

Josef Brunner, hijo mayor del agricultor Konstantin Brunner de la aldea Huggerwald Nieder-pertenecientes a la comunidad de Kleinlützel (cantón Solothurn), fue enviado en 1871 a un tornero de pipas en Winkel / Alsacia para su aprendizaje. Como era habitual en aquella época, Brunner después de que termina el aprendizaje viajó tratando de perfeccionarse más. Así llegó a Saint-Claude, el mundo de la fabricación de pipas de brezo de esa época. De tal forma que Brunner fue capaz de aumentar y profundizar sus conocimientos en el ámbito de la industria de las pipas en serie.

De vuelta a casa en 1878, instaló un pequeño taller con un torno en la casa de su padre. Con el enérgico apoyo de sus dos hermanos menores, comenzó a producir pipas de modelos propios y de llevarlas a los mercados en las cercanías. En 1893 Bernhard Brunner, su esposa heredó la fábrica en Kleinlützel. Entonces, la fabricación de pipas fue trasladada a un anexo perteneciente a la fábrica. Allí era posible usar la presión de agua en las máquinas - un importante alivio para los trabajadores y una ampliación de capacidad de producción.

Josef Brunner y Moritz Tschan en 1892 establecen una segunda fábrica de pipas en Kleinlützel. Con la que el pequeño lugar en el Cantón de Solothurn se convirtió en el centro de fabricación suiza de pipas llamándoselo "el barrio de Saint-Claude de Suiza".

Estilo suizo Bru-Bu.

La producción podría aumentarse y los negocios se desarrollaban agradablemente. Una nueva fábrica fue edificada por 1896. Correspondiente a otra demanda un departamento de producción de la fábrica realizaba bastones (se añadió en 1900). Las pipas de Kleinlützel fueron bien apreciadas y recibió muchos premios, por ejemplo, una medalla de oro por su artesanía en la Feria Nacional de Suiza, en Berna en 1914.

El negocio crecía muy bien después del cambio de siglo, que incluso faltaban trabajadores en Kleinlützel. El problema se resolvió con la creación de una filial en el pequeño pueblo cercano Laufen cerca del río Birs en el Cantón de Berna. Esta planta no existió demasiado tiempo. La desastrosa crisis económica en la década de 1920 y principios del decenio de 1930 obligó a la familia Brunner a restringir la fabricación de pipas de manera espectacular. Además, las pipas de las grandes fábricas francesas de Saint-Claude - a pesar de que sufrian de las mismas circunstancias - inundaron el mercado suizo con pipas a precios que no podían competir los productores suizos. Por 1931 apróximadamente, Brunner debió despedir 150 de 180 empleados - el resto permaneció en Kleinlützel, donde la energía eléctrica barata garantizaba una escasa supervivencia.

En 1932, el Sr. Brunner Buhofer se unió a la familia. La compañía fue nombrada Brunner-Buhofer-Kompagnie, conocida como Bru-Bu. Buhofer había hecho fortuna en los Estados Unidos y de manera nostálgica regresó a Suiza y en busca de un nuevo reto o negocio.

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Wilshire - Bru-Bu, hecho, ca. 1950's

En la fabrica Bru-Bu el programa se amplió con muchos artículos de artesanía de madera de arte. Tallaban escudos de familia, placas de pan, frutas y bufandas - más y más - de artículos de recuerdo para la expansión de la industria del turismo suizo. Las pipas se mantuvieron continuamente en el programa, pero la oferta cambio la fluidez de las pipas tradicionales suizas a más "europea" en las formas.

En algún momento de finales de los 1970 Bru-Bu salió de los negocios. Algunos de los Brunners, por lo que se sabe, continuaron solo como comerciantes de madera. Pero en 1986 una nueva vida llega a las antiguas pipas Bru-Bu, cuando los amigos del Dr. Horst Wiethüchter y "ex" de Nielsen comenzó a producir allí pipas de alto grado para Bentley.

Cuando escribí lo primero sobre las pipas Bru Bu, fabricadas en Suiza, reconozco que conocía algo sobre ellas pero con el tiempo estas pipas vuelven a sorprenderme, aparecen en el mercado argentino, por lo poco que se, hace ya bastantes años, diríamos que casi en el 1940/50 o antes, no son comunes de encontrar por allí, si vemos alguna; otra cosa que sorprende es que la gran mayoría de las que tuve en mis manos están sin fumar.

Para que entraron estas pipas al país si no las fumaban… lógico es pensar que sería por sus formas, un adorno interesante en cualquier vitrina, pero eso tampoco es una explicación adecuada, tal vez un importador que las dejó en un cajón y nunca las sacó hasta hace poco?, extrañamente en Aduanas buscando en registro de exportaciones e importaciones, nunca desde Argentina se trajeron pipas suizas.

Pienso como explicación posible que fueron traídas por algún particular, y que no dispuso en su momento de una cadena de ventas suficiente, las pipas se venderían mas o menos en algunas cantidades y allí quedaron durmiendo en el tiempo, recién ahora aparecen en ventas de casas de colección o el mercado de Internet, extrañamente la mayoria son de personas residentes en el interior del pais y no en Buenos Aires.

Las pipas fuman, y fuman bien, las probé para descartar que no fueron fumadas por defectuosas, tienen el defecto que los insertos de plata toman temperatura y molestan en el mano, si se las fuma con la tapa en lugares donde no hay viento se ponen un poco pesadas para mantenerlas prendidas, se suple fumando con la tapa a medio cerrar.

La últimas que conseguí examinar, parecen una etapa evolutiva entre las Tirolesas y las pipas comunes, son casi tirolesas pequeñas, con el problema que por su forma, casi también serian Oom Paul, pero indudablemente Paul Kruger, difícilmente caminase por la Suiza de entonces.

Siguen siendo pipas bonitas, raras y que no fuman mal.


Emilio Sacchitella.