Qué es el tabaco criollo y cuántos son.

Trataremos el Tabaco criollo en nuestro país, dejando de lado los tabacos criollos de otras zonas donde indudablemente existirán y serán diferentes.

Un trabajo de Edberto Oscar Acevedo presentado en la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid sobre La Intendencia de Salta del Tucumán en el Virreinato de La Plata, basado en el estudio de documentos del Archivo General de Indias nos permite informarnos que entre 1780 y 1781 se organizó el estanco del tabaco en la jurisdicción de dicha Intendencia, producto que ya se cultivaba en Tucumán desde 1775 con cierta abundancia y fomentado a partir de las primeras siembras hechas por gente procedente de Tarija. Se estableció en Tucumán la renta y administración del tabaco con obligación para todos los cosecheros de venderlo exclusivamente a ella.

Por este investigador sabemos hoy que el cultivo solo fue autorizado en la mencionada jurisdicción y se lo prohibió en Salta y también en Jujuy. Según un oficio enviado el 1 de marzo de 1870 al Rey de España el estanco de Tucumán quedaba sujeto al de Jujuy, lo mismo que la administración de Catamarca y Salta, en cambio la renta de Santiago del Estero se subordinaba a la de Córdoba. Las referencias de Acevedo dan cuenta que el tabaco que se producía en Tucumán era de dos tipos: uno, que llaman del Paraguay y otro, Tarifeño, tomando sus nombres de donde procedían las semillas. Este último era de una hoja frondosísima y de una fuerza extraordinaria, pero de mala boca o ningún gusto por su demasiada sequedad.

El llamado Paraguay era de hoja menos extensa, pero de más suavidad y gusto era el único que servía para hacer el andulio o sea el mazo envuelto en hoja con el que se solía atar el tabaco negro, torcido, tipo Brasil. Problemas en el tabaco Salteño. El informe histórico de Acevedo señala que en cuanto a la calidad del tabaco salteño, según ciertos informes, era bastante discutido, pues don Ramón Oromí opinaba en Buenos Aires, en 1789, que el tabaco de Salta que tenía almacenado la renta era de natural rispidez, amargura y bronquedad que escalda la lengua cuando se fuma y encendido, inmediatamente se apaga. Los peritos de la renta, a su turno, dijeron que el tabaco, luego que se enciende, se apaga y su humo y gusto es amargo y desagradable al paladar, que escalda la lengua al fumar de modo que es repugnante y por lo mismo los fabricantes que lo benefician en polvo, siendo fumadores, no quieren usarlo y prefieren el de Paraguay.

De este apunte tomado de: www.tabacojujuy.com.ar/noticias/index.php?option=com_content&view=article&id=3823&Itemid=41

Vemos que el origen del que llamamos tabaco criollo se remonta a dos variedades el Salteño o Tarifeno, posiblemente introducido desde el Peru y de uso por la cultura incaica o tabaco cordillerano y el Paraguayo, que seguramente era usado por las comunidades guaraníes de la región de Paraguay, o tabaco semi selvatico.

El criollo Salteño con el tiempo fue desapareciendo y en esa zona se introdujo el criollo Paraguayo y posteriormente los tabacos de más rinde y guanacia como los Virginias y Burley que directamente casi hicieron desaparecer el cultivo de Criollo.

Estos orígenes del tabaco criollo se remontan a 1780, de allí en más seguramente la planta evoluciono adaptándose a las diferentes zonas, así por ejemplo aun tenemos y manejamos en el país las variedades de Criollo: Misionero, Correntino, Paraguayo, y Chaqueño, según la zona donde se lo cultive, teniendo cada variedad características muy diferentes.

Las zonas de cultivo de estos criollos pueden demarcarse entre los 21* grados Sur y los 59* grados Sur luego entre los 60* grados Oeste y los 54 *grados Oeste, saliendo de esas zonas por clima y tipos de tierra podría plantárselos, pero las variedades serán siempre diferentes a las semillas madres, en el tabaco la tierra manda, y seguramente serán tabacos carentes de almidones y azucares, con poca nicotina, de escaso aprovechamiento. Con esto no digo que otras variedades o adaptaciones no puedan darse, pero no serán las que aquí citamos básicamente.

Cuando algún colega se refiere a mezclas con criollo, es de tener cierto cuidado, ya que de las cuatro variedades que como dijimos son diferentes los resultados en las mezclas también son muy diferentes.

El Criollo Misionero, se siembra en tierras muy ricas en hierro y proteínas vegetales como suelen ser los desmontes, las plantas son de gran desarrollo, pero sintetizan bastante cantidad de amoniaco, por lo que su uso es mas industrial donde se cuanta con capacidad de neutralizar esa característica que el uso normal en hojas.

Criollo Correntino: Se siembra en la zona media de Corrientes sobre la franja del Rio Paraná, se cultiva en tierras arenosas, con clima casi seco, este tabaco tienen baja cantidad de amoniaco y una alta cantidad de azucares y almidones, su uso es en hojas, cigarros e industrialmente como base de mezcla con otros criollos, a los que “presta” sus azucares.

Criollo Paraguayo: Como su nombre bien lo expresa se siembra en la zona del Paraguay, pero también en la zona Norte de Corrientes y Este de Formosa, se cultiva en tierras gredosas, que retienen mucho el agua, con periodos secos muy bien marcados, es un tabaco fuerte, que si bien no tiene la carga de amoniaco del Misionero, tiene algo del mismo, convenientemente lavado se usa en cigarros, cuerdas y usos industriales en mezclas. Según las subzonas donde se plante los azucares y almidones aparecen.

El Criollo Chaqueño, una derivación del paraguayo pero mucho más fuerte y acido, de poco contenido de azucares y almidones, su uso es escaso y se lo suele encontrar mezclado con otros criollos. Para ser usado requiere lavados y aun así su gusto al fumarlo será acido.

En la actualidad las cuatro variedades están en total decadencia, solo se sigue cultivando industrialmente la Misionera por su margen de rinde en kilos, los tabacos que con ellos se preparaban que eran preferentemente de las variedades fuertes o negros, no son los que el mercado actual requiere.

Todos los criollos se cosechan de hoja a hoja, se secan en sartas al viento o al sol, son tabacos que adecuadamente trabajados sin agregados de grandes procesos, solo fermentando adecuadamente dan un tabaco rico en aromas, tratar de procesar un criollo mas allá de lo normal difícilmente resulta, se le quitara su esencia y estaremos ante un tabaco común, del tipo lavado.

Cuando se los mezcla como dicen algunos colegas, hay que tener en cuenta que son tabacos fuertes que incluso pueden anular un latakia, no en el olor pero si en el gusto, se prestan más a ser fumados puros sin mezcla alguna o adecuadamente mezclados con algún Virginia o rebajado con aromáticos, que también luego de un tiempo de mezclados sufren en embate del criollo que se adueña de las mezclas.-

Publicado en el foro del Formosa Pipa Club el miércoles 4 de abril de 2012.

Emilio Sacchitella