La pipa es el modo general de fumar tabaco, no sólo entre los indios americanos, sino también en Oriente y en toda Europa. La similitud existente entre la pipa turca y la utilizada por los salvajes americanos es bien conocida. Las diversas pipas europeas son todas evidentemente modificaciones de la misma, cambiadas, y de nueva moda, por los tiempos y costumbres cambiantes. Los países fumadores de Europa tienen cada uno su pipa peculiar.
De ellas, la alemana parece ser la más aprobada. Consiste en una cazoleta, hecha de porcelana o de arcilla cocida, y generalmente ornamentada con una pintura, cuyo tema depende del gusto del fumador. Estas cazoletas, o, como a veces se denominan, cabezas de pipa, constituyen una curiosa crónica de los modales del pueblo, y de sus gustos y costumbres. El espíritu de la época suele estar representado en las pinturas con las que se adornan. Hay en el gabinete privado de un virtuoso, en Heidelberg, una colección de ellas, que muestra las diferentes modas que se han sucedido, durante el último siglo. En ellas se puede ver la galantería o la brutalidad, la independencia o el servilismo del pueblo, según el sentimiento que haya prevalecido. Recordamos una serie, que se dice que se hizo hacia el final del siglo XVIII, y que casi todas llevaban representaciones de escenas de la vida del desafortunado Werther, desde el conmovedor comienzo de sus penas hasta su sangriento final. En la actualidad, no es raro ver el rostro del difunto Sr. Canning resplandeciendo en estas cabezas de pipa, en toda clase de grotescos parecidos; pero la imagen habitual es la del amor o la de la caza.
La pintura de estas cabezas da trabajo a muchos artistas, y a menudo se ejecutan con mucha delicadeza.
Esta cabeza, o cazoleta, en la que se introduce el tabaco, y que es ancha en la boca, y se estrecha gradualmente hacia el extremo inferior, se inserta en otro recipiente del mismo material, que suele estar lleno de agua, y está provisto de dos aberturas; una para recibir la cazoleta, y la otra para recibir el caño de la pipa. Este caño suele ser de hueso, aunque a veces es de madera, tiene una longitud de unos treinta centímetros y es flexible hacia el extremo superior, de modo que cede al movimiento del cuerpo. La cazoleta se fabrica a veces con una sustancia llamada meerschaum, en lugar de porcelana. Ésta tiene la propiedad de absorber el jugo del tabaco y, por ello, se considera que las más antiguas tienen un valor incalculable.
La pipa española, de nuevo, difiere de la alemana; no está provista, como esta última, de un recipiente para el agua, y también es en general mucho más maciza, y está adornada con una variedad de cintas y borlas. La cazoleta suele ser de arcilla de color marrón y no está decorado con ninguna pintura. El caño, que suele ser de hueso, se hincha bastante en el centro, y en esta parte está ahuecado, con el fin de contener agua. De este modo, sin embargo, el humo no pasa, como en el modo alemán, a través del agua, sino simplemente sobre ella, y no está, por supuesto, tan purificado; pero la costumbre lo es todo, y un español desprecia una pipa alemana tanto como un alemán lo hace con una española.
No es necesario describir la conocida pipa de tierra blanca de la vieja Inglaterra. Algunos conocedores la consideran un modo de fumar más delicado que cualquiera de los demás; ya que, al ser cambiada constantemente, el fumador no se siente molesto por el sabor amargo que las otras, que por el uso constante, tienden a contraer. La formación de estas pipas constituye un artículo considerable de fabricación en Londres. Y es un hecho curioso que, aunque son bastante diferentes en forma y sustancia de la pipa americana original, parecen haber sido utilizadas entre nosotros casi desde la primera introducción del tabaco. Ya en el decimoséptimo año de Jacobo I, la Sociedad de Fabricantes de Pipas de Tabaco se había convertido en un organismo tan numeroso y considerable, que se constituyó por carta real, y llevaba en su escudo una planta de tabaco en plena floración. La tierra con la que se fabrican estas pipas es peculiarmente blanca y tiene tal afinidad por el agua, que es necesario esmaltar la parte superior del caño, donde se inserta la boca, para evitar que se adhiera a los labios.
Es evidente que los holandeses han copiado de nosotros la forma de su pipa. El tamaño y la forma de ambas son exactamente iguales, pero la pipa holandesa, que generalmente se considera la mejor, está hecha de un tipo diferente de arcilla y no necesita ser esmaltada en la parte superior del caño. Esta es la principal característica que las distingue.
El cigarro es otro modo de fumar, originado, creemos, en las Indias Orientales. El cheroot, o cigarro de China, es mucho más grande que el de las islas antillanas, ya que a veces tiene entre seis y nueve pulgadas de longitud, mientras que este último rara vez supera las tres. El cigarro se ha hecho muy común en toda Europa, pero su uso no es muy generalizado, ya que es mucho más caro que el tabaco sin liar.
En el Hindostán existe un modo de fumar peculiar de ese país, denominado narguile. Allí se considera una parte esencial del establecimiento de un caballero, y todo aquel que aspire a un alto nivel debe poseer un narguile y un hookah-burdar, o sirviente, cuyo único deber es atenderlo. Esta máquina es bastante complicada en su estructura, ya que consiste en un calentador, un porta tabaco, un vaso de agua y una pipa. Esta última varía en longitud, según el gusto del propietario, de tres pies a veinte, y generalmente está hecha de cuero fino, forjado de manera que sea bastante hermético y flexible. La vasija se llena generalmente con agua corriente, pero los que desean fumar con lujo ponen en ella agua de rosas, que da al humo un sabor peculiarmente delicado.
De un valioso documento sobre la Planta de Tabaco publicado en The Quarterty Journal of Agriculture.
Traducido de Manners & Customs of all Nations publicado en The mirror of literature, amusement and instruction Nro. 464 (11/XII/1830). Original Universidad de California. Digitalizado por Google. Derechos: dominio público. Fuente: babel.hathitrust.org
¡Muy buenas pipafumadas!
Jorge