Quemaduras en las pipas de brezo
por el Capitán Remus



La madera del brezo es la mejor para fabricar pipas; desde que comenzó a usarse a mediados del siglo XIX ninguna otra madera ha dado tan buen resultado para disfrutar de una buena fumada y por su larga durabilidad.
Sin embargo algunas veces, aunque muy pocas, por diferentes razones pueden llegar a sufrir quemaduras y agrietamientos que en algunos casos pueden inutilizar totalmente la pipa.
A veces las quemaduras comienzan por una mancha oscura exterior en la cazoleta, otras con una quemadura o una perforación pequeña dentro del hornillo y otras la cazoleta se agrieta.
Si no se toman algunas medidas para evitar que el comienzo de una quemadura siga deteriorando la madera, la pipa puede llegar a quedar inutilizada para seguir fumándola.

Algunas veces la causa del deterioro proviene de un mal cuidado por parte de su dueño y otras por defectos en su fabricación.
Es muy importante mantener la capa protectora de carbón que se forma dentro del hornillo luego del aculotado con un espesor que no supere los dos milímetros utilizando para ello un escariador para pipas o una cortaplumas con punta redondeada para evitar dañar la madera.
No menos importante es el retiro inmediato del residuo caliente de la fumada al finalizar esta utilizando la cucharita del "trío".
Este residuo debe permanecer luego de la fumada dentro del hornillo hasta que se enfríe solamente cuando la pipa está en proceso de aculotamiento, o sea las primeras diez veces que fumamos una pipa nueva, en la que aun no se ha formado totalmente la capa de carbón necesaria para la protección de la madera.
La pipa debe fumarse aspirando el humo de la forma más espaciada posible tratando de evitar que se apague pero sin que se produzca un excesivo calentamiento dentro del hornillo, es conveniente que cuando la pipa nos trasmita un calor excesivo a la mano esperemos por lo menos quince segundos antes de volver a aspirar.
El tabaco demasiado apretado obliga a aspirar el humo de una manera que eleva excesivamente la temperatura en el hornillo, de esta forma no solo no apreciamos bien la mezcla, también se corre el riesgo de dañar la pipa.

Una causa no atribuible al fumador que puede producir una mancha oscura en la cazoleta es un espesor muy delgado de la pared de la misma. En este caso la causa no tiene que ver con el cuidado dispensado a la pipa por su dueño sino por un defecto de fabricación, por lo tanto es muy importante observar el espesor de la cazoleta cuando vayamos a comprar una pipa.
Si bien no siempre aparecerá por esta causa una mancha oscura de quemadura, lo recomendable es adquirir pipas que tenga un espesor adecuado de la pared de la cazoleta.
También el fondo del hornillo debe tener el adecuado espesor en relación con el tamaño de la cazoleta; este defecto de fabricación a veces ocurre cuando el fabricante al hacer el orificio para el hornillo perfora la madera con la mecha en forma demasiado profunda, el resultado es un fondo demasiado delgado.

Una pipa que ha comenzado un proceso de quemadura manifestado por una mancha oscura puede no quedar todavía inutilizada para poder ser fumada pero presentará un feo aspecto debido a la mancha.
Esta puede ocultarse utilizando un tinte oscuro sobre la madera, que ayudará a disimular la mancha o tal vez a cubrirla totalmente.
Con respecto al hornillo, si la pipa todavía no trasmite un sabor "a quemado" puede seguir utilizándose, aumentando la protección de las paredes del hornillo con una capa delgada de miel que debe aplicarse cuidadosamente en toda la superficie del hornillo; pero de esta manera, más tarde o más temprano la pipa quedará inutilizada para fumarse.


Puede utilizarse también un fina capa de yeso dentro del hornillo para prolongar la vida útil de la pipa, esto cuesta poco dinero y si bien el yeso es incombustible, es un material que no posee la porosidad del brezo, por lo que la calidad de la fumada será inferior.
Puede utilizarse también Poximix©, que un producto de Poxipol, o alguno similar de otra marca.
Lo recomendable si se quiere prolongar la vida útil de la pipa y obtener buenas fumadas es aplicar si ello es posible, un inserto de brezo dentro del hornillo y aculotarlo cuidadosamente.

Al concurrir a adquirir una pipa además de prestar atención al espesor de las paredes y del fondo del hornillo, es conveniente también observar atentamente si las paredes y el fondo están lisos y sin fisuras.
Se ha mencionado que puede ocurrir que un grano de arena o una pequeñísima piedra puede quedar atrapada mientras se forma el nudo del brezo; esta posibilidad y alguna pequeña fisura podrán encontrarse debajo de la superficie y no estar visibles. Al aplicarse calor, este puede ser el detonante del comienzo de la quemadura de una pipa.
Esta es una causa poco común y es imposible de ver cuando se adquiere la pipa, por lo que no podrá ser evitada. Si el daño ocurre dentro de las primeras fumadas, siendo nueva la pipa el vendedor cambiará probablemente la pipa defectuosa por otra nueva.

Hay quemaduras más leves como la causada generalmente cuando se usa repetidamente un encendedor con una llama excesiva y ponemos la pipa para encenderla de una manera que permite que el calor se aplique también en la madera y no solamente en el tabaco. Usando fósforos o un encendedor para pipas y utilizándolos con precaución es menor la posibilidad que esto pueda suceder.
Con una forma incorrecta de encender la pipa el borde superior del hornillo se comienza a quemar ocasionando al principio solo un pequeño daño estético pero que puede con el tiempo convertirse en algo más grave, la solución si el daño es leve es utilizar un papel de lija fino hasta hacerlo desaparecer. No es necesario hacer algo más ya que al volver a fumar la pipa en forma correcta el borde comenzará a oscurecerse sin quemarse.

A veces se produce una quemadura cuando se intenta repetidamente fumar los últimos restos del tabaco que están en el fondo del hornillo. No es conveniente intentar fumar hasta los últimos restos de la mezcla; estos suelen estar húmedos al final de la fumada y no queman bien, por lo que el fumador suele aspirar con excesiva fuerza para encenderlos o mantenerlos encendidos, esto puede ocasionar que la madera empiece a quemarse en el fondo del hornillo o en el orificio donde comienza el tiro del humo. También suele ocurrir algunas veces en las competencias de fumada lenta intentando mantener la pipa encendida con el último resto de tabaco que queda en el fondo del hornillo.

Una buena pipa con muchos años de uso puede sufrir también un deterioro por el uso continuado y prolongado de los elementos que conforman el "trío" y de la escobilla de limpieza cuyo extremo irá lenta pero inexorablemente dañando el fondo de la pipa, y si a esto sumamos una cazoleta con un espesor muy delgado la posibilidad de una quemadura está latente.
Cuando el comienzo de la quemadura está en el fondo del hornillo la mejor solución es inser-tar un nuevo fondo de brezo.
Hay otras soluciones que no serán permanentes pero que pueden funcionar durante un algún tiempo. Una de ellas es usar una mezcla de ceniza y miel formando una pasta, dejándola secar por lo menos dos días antes de volver a fumar la pipa.
Una forma de reparar una pipa que comienza a quemarse mostrando pequeñas perforaciones dentro del hornillo consiste en llenar los mismos con una pasta de sal pura de mesa y agua, dejarla secar dos horas, cargar la pipa y fumarla. La sal se endurecerá, la quemadura se detendrá y la pipa podrá seguir usándose sin que se note un cambio en el sabor de las mezclas.

La pasta de sal pura y agua también puede utilizarse con éxito en quemaduras que ocasionan perforaciones que atraviezan totalmente la pared del hornillo y que pueden observarse en la superficie exterior de la cazoleta.

El yeso o el Poximix© dan un mejor resultado que la sal para las perforaciones del hornillo, brindando una reparación que se extenderá mucho más en el tiempo.

Algo que no tiene que ver con el espesor de la cazoleta y que es muy perjudicial, es permitir la formación de una cantidad excesiva de la carbonilla que se va acumulando en el hornillo tras las fumadas; un gran exceso de carbonilla del hornillo irremediablemente quemará y agrietará la pipa inutilizándola totalmente para ser fumada.

En invierno no es conveniente salir de un ambiente cálido al frío del exterior con la pipa encendida; ni encender la pipa en el exterior en días invernales muy fríos y mucho menos si se está en proceso de aculotado de la misma, la pipa podría llegar a agrietarse e inutilizarse totalmente impidiendo volver a ser fumada.

Hasta la próxima y buenas pipafumadas.
Capitán Remus