Algunos motivos para "refrescar" la pipa:
Los aceites y alquitranes producidos con la combustión del tabaco con el tiempo irán acumulándose
dentro del hornillo, se pondrán rancios en el futuro y agregarán un sabor agrio o amargo desagradable
a nuestras fumadas.
Con cualquier tabaco que usemos en nuestra pipa, ésta absorberá siempre algunos de sus condimentos.
Si fumamos particularmente alguna mezcla latakiada sería posible liberarse de este sabor heredado que no
permite disfrutar plenamente de una mezcla aromática con el que cargamos la pipa posteriormente. Aquellos
que poseen muchas pipas no tienen este inconveniente si han elegido fumar los aromáticos y los latakiados
en diferentes pipas pero con el tiempo el hornillo igualmente necesitará una limpieza profunda.
La mejor manera de limpiar es con alcohol, este tiene la capacidad
de disolver los aceites y alquitranes.
¿Qué alcohol podemos usar?
Alcohol rectificado.
El alcohol
rectificado (también conocido como alcohol etílico)
es el más puro, es el que se compra en farmacias para hacer licores caseros, es ideal también por
ser insípido.
Bebidas alcohólicas.
La mayoría de los licores fuertes contienen apróximadamente
40% etanol. Bebidas alcohólicas como vodka, whisky, tequila, ron, etc. puede usarse para limpiar la pipa, el vodka hace un trabajo mejor que los otros licores
porque no agrega sabor, pero no es tan fuerte para hacer un gran trabajo disolviendo los aceites y alquitranes
como el alcohol rectificado.
El método de limpieza
La mejor de manera de saborear plenamente el tabaco en nuestras
pipas es limpiarlas periódicamente con alcohol rectificado y sal fina. Dependiendo de lo a menudo que la
fumemos, deberíamos limpiarla por lo menos cada dos o tres semanas; además de la sal y el alcohol
deberemos tener a mano algodón, escobillas de limpieza, algunas servilletas de papel, una servilleta grande
de tela o una hoja de papel para proteger el lugar donde realizaremos la operación, si tiene un par de guantes
de goma desechables, no está de más utilizarlos para evitar empercudir los dedos, cuesta quitar de
estos la suciedad posteriormente.
Es necesario al usar el alcohol evitar humedecer otras partes
de la pipa además del hornillo, el alcohol podría afectar el acabado y manchar la pipa. Deberemos
retirar la boquilla, la ebonita podría ser también afectada por el alcohol.
Antes de empezar la limpieza, deberá observarse que el hornillo no haya perdido demasiado su capacidad,
en caso de ocurrir esto usar un escareador para devolver la capacidad que permita usar correctamente la pipa, pero
también puede usarse una cortaplumas con punta roma (se puede usar una lima para redondear la punta) con
mucho cuidado para no dañar la madera. Después de retirar la boquilla, obstruir el tiro del humo
incorporando una escobilla de limpieza a través de la caña, recordar para el final de la operación
el uso de una escobilla doblada por la mitad y humedecida con alcohol, girándola a través del tiro
del humo de la caña para su limpieza. Retirada la boquilla y obstruído el tiro del humo, humedecer
una bola de algodón más grande que el tamaño de la cazoleta con el alcohol, usando los dedos
para apretar el algodón y hacer que el líquido moje todo el interior del hornillo, repetir la operación
una o dos veces más con un nuevo algodón, se recuerda que el alcohol no debe tocar la parte exterior,
conviene también poner debajo de la pipa que estamos limpiando una servilleta de tela o un papel para protegerse
de la suciedad que ocasiona este tipo de operación; luego de retirar el algodón poner la cazoleta
hacia abajo un par de horas y posteriormente llenarla con sal fina comestible hasta el borde del hornillo apretando
la misma, incorporar luego en el centro de la sal cinco o seis gotas
de alcohol. Dejar la pipa con la sal en el hornillo al menos
48 horas para obtener un buen resultado.

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