LA TRADICION Y EL MICROCHIP
por Pedro Romero

Pedro Romero desde las Islas Canarias escribe para importantes Clubs de Pipas, como el Barcelona Pipa Club, el Pipa Club de Buenos Aires, el Pipa Club Santiago, el Pipa Club Legio Praetoria Roma y el Club de Pipa del Líbano, es un honor publicar sus artículos en nuestro Club.

__________________________________________________________________________________

Como continuación al artículo anterior en el que consideraba que la batalla actual de la pipa se desarrolla, probados la casi totalidad de materiales, en formas que fueran lo suficientemente atractivas para, acompañadas de una calidad contrastada, hacer apetecible una pipa, llega esta reflexión de lo que han supuesto las nuevas tecnologías para el Mundo de La Pipa.

Antes de la llegada de los ordenadores no todo el mundo tenía la habilidad para pintar o dibujar en dos dimensiones, y mucho menos en tres dimensiones. Pero al fin, la irrupción del microchip en nuestra vida diaria y la llegada de máquinas y programas de 3D a precios más que asequibles han permitido que el artesano, que ha decidido embarcarse en la nueva aventura de tener apoyo informático, pueda ver la pieza que ha imaginado en 'su forma real' en una pantalla de ordenador o impresa a todo color antes de acometer el trabajo sobre la madera.

Esta unión de lo tradicional con la tecnología ha logrado no solamente hermosas piezas, a veces no realizadas anteriormente por miedo a desperdiciar un buen bloque de madera, sino que al mismo tiempo ha implicado a diferentes generaciones familiares. En algunos casos los nuevos miembros de la familia, o algunos de ellos, no tienen la suficiente habilidad para trabajar con el brezo pero si demuestran tener unas capacidades creativas que aplicadas a un teclado y un ratón, y con el programa de diseño adecuado, pueden propiciar formas y diseños espectaculares. Esto hace que se impliquen con padres, abuelos, hermanos mayores… que comenzaron esta actividad y se vaya garantizando la continuidad, y renovación, de marcas artesanales, con nombre y apellido, frente a las grandes marcas 'de toda la vida'.

Por otro lado, y alejándonos del concepto del diseño o la creatividad, nos encontramos ante el fenómeno de que artesanos de todo el Mundo tengan acceso a un foro universal, en el que poder intercambiar ideas y experiencias con colegas de todos los sitios. O que en foros públicos puedan recibir y dar réplica a críticas de los usuarios de sus pipas e incluso a los potenciales, desde cualquier parte del mundo, compradores de sus piezas.

No hay que olvidar, que aunque todo este Mundo Piperil, encierre mucho de hermoso y 'místico' hay muchos artesanos que desarrollan esta actividad como única fuente de sustento y otros muchos más tienen en ella una importante segunda forma de obtener los ingresos necesarios. Para ambos la posibilidad de tener una comunicación con fumadores de pipa de infinidad de países que son compradores potenciales ha sido todo un hermoso y agradable descubrimiento, como algunos de ellos, modestos artesanos, me ha comentado en más de una ocasión.
Imaginemos la ventaja que supone disponer un taller y que el resto: tienda, marketing (publicidad, catálogos de productos…) esté 'colgado' en un espacio virtual y lo comprenderemos.

Entenderemos que el esfuerzo económico de hacerse con una equipo informático, una conexión a Internet, medianamente decente, y un espacio Web son infinitamente inferiores al de los artesanos que antaño tenía que mantener un taller y un tienda o recorrerse los puntos de venta para fumadores promocionando sus productos, en muchos casos dejando su piezas en depósito y pudiendo cobrarlas cuando el estanco las iban vendiendo. A la par que asistir a las ferias de artesanía de su región para lograr un reconocimiento, con el tiempo, que en la inmensa mayoría no trascendía de su región o país.

En el momento actual, un artesano que tenga la posibilidad de montar un espacio Web y que demuestre, con hechos, que tanto el material como la calidad de sus piezas proporciona piezas que fuman bien o muy bien, tiene unas posibilidades casi infinitas de ser conocido, y reconocido, en todo el Mundo y el orgullo de poder presumir del hecho que sus pipas son fumadas en lugares de los que, hasta que recibió el correo electrónico de un posible comprador, ni tan siquiera había odio hablar.

Está claro que sigue siendo cierta y necesaria la necesidad de que se demuestre que se es un artesano en mayúsculas, con el trabajo y la calidad del producto final pero preguntemos a artesanos que llevan más de veinte años de camino recorrido y que actualmente están presentes en la Red y la casi totalidad de los casos la respuesta frente a esta realidad que comentamos es ciento por ciento afirmativa.

De los noveles, ni que hablar, pues veinte años atrás, muchos de ellos ni pensaban llegar a dedicarse a tallar pipas, y muchísimo menos hubieran podido dar a conocer su nombre y trabajo con la celeridad que ahora les ofrece este mundo virtual.

En cuanto a los fumadores o los que se han iniciado, está claro que la Red ha sido como un inmenso aula de enseñanza. La pipa, como todo lo auténtico, se transmite del veterano al iniciado y muchos no seríamos al día de hoy fumadores de pipa de no haber contado con la ayuda, el asesoramiento y el acceso a la experiencia de otros que han comenzado a fumar en pipa mucho antes que nosotros.

Probablemente nos habríamos mantenido en el lado del compulsivo pitillo, del cigarro puro, relativamente más extendido en uso, pero no podríamos haber superado las iniciales, y generalmente descorazonadoras, primeras experiencias con la Pipa. Tampoco habría sido posible el acceso a muchas de las mezclas que al día de hoy contienen nuestros botes, latas o bolsas de tabaco.

En resumen, creo que está unión, entre tradición y tecnología ha sido de esas en las que todos hemos salido ganado.

Salud y buena Pipa,
Pedro Romero-Auyanet
-Canarias-